Somos un movimiento en gestación, que busca consolidar una identidad que emane desde el centro y que recoja las raíces de un Humanismo Cristiano abierto al desafío de una vida humana plena y que también busca responder a los retos que la postmodernidad implica, para la política y su quehacer en el siglo XXI.
Buscamos ser una respuesta adecuada a los sucesivos procesos de cambio que experimentan nuestras sociedades, junto con hacerse cargo de los fenómenos del individualismo, del populismo y del deterioro de la política, que hoy se traducen en una amenaza a la democracia.
A su vez, queremos recuperar el inmenso patrimonio que representa la vida, la integridad y la dignidad humana. Afirmamos que ha llegado el tiempo de aportar nuevos sueños para un mundo nuevo, donde con amistad cívica superemos positivamente instrumentos tradicionales.
Se trata de construir comunitariamente un nuevo espacio para el encuentro, y una nueva alameda para un buen camino. Como personalistas que somos, queremos con las personas madurar. Y con las personas crecer y crear: Un Nuevo Centro Humanista y Reformista.
Nos declaramos orgullosamente humanistas cristianos, cuya fuente es el amor que se dona sin condiciones. Ese amor trascendente, incluye el ejercicio de un realismo que entiende que sus efectos, además de edificar y favorecer al conjunto de la sociedad, también enaltecen a quien lo práctica.
Queremos servir a la ciudadanía construyendo Un Nuevo Centro para el Encuentro. Un Centro para ciudadanos, militantes, voluntarios, simpatizantes e independientes.