Lo hacemos por nuestra centralidad en la persona humana y por el respeto y afecto que sentimos por el orden de la creación. La persona no puede un simple instrumentalizador de la naturaleza, ni tampoco un ser fuera de esta o inferior a la misma. El desarrollo que integra crecimiento y equidad, que pone a la persona como primer objetivo de sus diversas políticas y medidas. Y que respeta la naturaleza, concibiendo al hombre como un ser parte de esta y por ende parte responsable de su preservación, constituyen parte determinante de nuestros compromisos y políticas. La persona es co-creador y no destructor de los recursos naturales y de su entorno. Preservar la diversidad, per se y pensando en los derechos de las generaciones futuras. Mejorar las calidades ambientales de vida de todos los seres, especialmente en las ciudades y centros de aglomeración de habitantes y familias. Es parte central de las tareas de la sociedad y sus ciudadanos.